Nos estaban envenenando y no lo sabíamos

 

Alberto Romero (Tomado de Aporrea.com)

 

Soy un septuagenario que con cierta frecuencia escribo artículos para Aporrea, generalmente de orientación política, pero esta vez voy a dar un sesgo en mis opiniones para comentarles algo que considero de interés para la mayoría de los venezolanos y es la referida a nuestra experiencia en este último año de la brutal guerra económica con la cual nos quieren arrodillar y rendirnos por desesperación, cosa que difícilmente creo van a lograr con los revolucionarios venezolanos que desde más de doscientos años hemos dado muestra de rebeldía, hidalguía y valor moral.

Hace poco más de un año el abastecimiento de alimentos en todos nuestros hogares ha venido escaseando a tal extremo que hemos visto limitada por meses la provisión de mayonesa, margarina, azúcar, sal y harina precocida, específicamente de este grupo es que voy a ahondar en mis comentarios, aún cuando también hemos tenido fallas en productos de charcutería, café, leche en polvo, pollo, carne y artículos del hogar y uso personal.

Desde hace más de 10 años venía sufriendo problemas de insomnio que atribuía a mis años prolongados de vida por lo que casi todas las noche me tomaba un cuarto de pastilla de un ansiolítico (diazepam o lexotanil) para poder conciliar el sueño; además, sufría de problemas circulatorios con várices en los pies y piernas, amanecía con los pies pesados y de noche sufría con cierta regularidad de calambres que me obligaban a levantarme bruscamente para poner el pie en el piso frío y así contrarrestar su efecto además, sufría de una acidez estomacal periódica que combatía con antiácidos, bicarbonato de sodio y algunas pastillitas chupables. Tengo mas de 10 años sufriendo de acufeno en los oídos, un zumbido como de chicharra o grillo que oigo permanentemente y del cual no pensaba curarme por cuanto los médicos me lo habían dicho, "solo tratamiento para aminorarlo pero cura hasta hoy no hay", por último, vengo padeciendo desde hace mas de 7 años de un hipo violento que se oye a distancia, por lo que me causa pena con personas cercanas y que si bien los médicos atribuyen a un problema diafragmático los medicamentos y ejercicios que me han prescrito no han resultado.

La guerra económica que nos impusieron estos pelucones parásitos que como solitarias se acostumbraron a vivir adheridos a la renta del Estado venezolano del cual se habían apropiado desde comienzo del siglo pasado chupándose las migajas que le dejaban los gringos, nos llevó a esta situación de escasez que por obligación nos condujo a un ayuno en productos que eran de consumo habitual en nuestra casa. No había ensalada sin mayonesa. Las arepas, empanadas o bollos de harina precocida eran infaltable en desayunos y cenas. Los jugos se endulzaban con abundante azúcar. La sal se le agregaba a todos los platos para extremar el sabor. La margarina no faltaba en las arepas, empanadas, bollos y panes solos o aderezados con charcutería. El queso amarillo y el jamón eran alimentos infaltable especialmente en las cenas. TODO ESO QUEDÓ ATRÁS

Ya no se pudo seguir ese régimen alimenticio agradable al cual nos habíamos acostumbrado y tuvimos que padecer días, semanas y meses de martirio, comiendo lo que se podía y adaptándonos a un nuevo modo de vida al cual nos ayudó mucho VTV (canal 8), las redes sociales y comentarios de familiares, vecinos y amigos.

Hoy, en este mes de Agosto de 2016, afirmo con mucha sinceridad, NOS ESTABAN ENVENENANDO Y NO LO SABIAMOS.

Mi condición de salud actual es la siguiente:

Duermo de 6 a 7 horas diarias, me acuesto a las 11:30 pm y me levanto entre 6 a 7 am. Llevo más de 35 días sin tomar ansiolítico. Los pies han mejorado en su pesadez, las várices han disminuido en su grosor, las venitas chiquitas que se muestran como pequeñitos filamentos abundantes han desaparecido y los calambres han disminuido. El chicharreo en los oídos es menos intenso a veces casi imperceptible, El hipo desapareció y tenía años que no bostezaba y ya lo estoy haciendo de manera involuntaria. Tengo más de dos meses sin sufrir de acidez estomacal.

Como lo he logrado?

Considero un deber revolucionario compartir con ustedes estas experiencias por lo que en forma sucinta voy a referir mi experiencia para que pueda ser aprovechada por muchos en su beneficio.

Todas las mañanas me tomo en ayuna un cuarto de taza de agua con 3 cucharadas de avena que preparo el día anterior a eso de las 8 pm. Me suministra fibra que ha mejorado mi estómago y han ayudado a eliminar mi acidez estomacal provocada por el exceso de grasa que consumía en la mayonesa, la margarina y los productos de charcutería que ya definitivamente elimine de mi dieta.

Sigo comiendo arepas, empanadas, bollos, pero ahora no los preparamos sólo con harina precocida sino que lo sustituimos por una mezcla, (receta para dos personas) preparada con: 2 cucharadas soperas de zanahoria rayada por el lado fino del rayador, dos cucharadas de puré de yuca sancochada y espaturrada con tenedor, dos cucharadas de avena en hojuelas, una hojita de cebollín picadita con tijera en pedacitos pequeños, cuatro a cinco cucharadas de harina precocida y una cucharada de aceite vegetal. Todo eso lo mezclamos en seco con la misma cuchara y luego le vamos agregando agua poco a poco hasta formar una masa homogénea, le damos forma y hacemos arepas, también bollos sancochados o empanadas. Comparen la diferencia nutricional de esta masa con una simple masa de harina precocida y más si es de la marca "Pan" que es la sobra del grano mas la mazorca molida y pulverizada.

Eliminamos totalmente la sal de nuestra dieta.

En los casos en que se pueda, no consumimos jugos sino que nos comernos la fruta directamente, caso de mango, patilla, melón, guanábana, etc. En los casos de frutas muy ácidas como parchita y limón le agregamos la azúcar necesaria para aminorar su acidez, antes agregábamos azúcar en exceso hasta ponerlo dulcito.

Eliminamos toda la charcutería de nuestra dieta. Nada de jamones, quesos y salchichas, todo eso lo hemos sustituidos por frituras en poco aceite vegetal de una mezcla de: cebolla, cebollín, pimentón o ají y tomate sin semillas bien picadito que comemos con pan o arepa. También consumimos unos dos huevos a la semana.

Preparamos dos veces a la semana pasta, una vez aderezada con salsa preparada con carne molida y otra salsa a base de pepitona.

Consumimos una vez a la semana pescado o sardina.

Las ensaladas la condimentamos con aceite vegetal, unas hojitas de albahaca, cebollín y un chorrito de salsa inglesa.

Todos los mediodías comemos como postre un puñito de uvas pasas y en la cena una cucharada de polvo de frutos secos preparado con una mezcla de almendra, nuez y maní reducido a polvo en la licuadora.

Tomamos al menos 6 vasos de agua a temperatura natural diariamente.

Las tomas mañaneras de café tinto (negro) las eliminamos de nuestro menú y solo consumimos media taza de café con leche en la mañana y media taza en la noche con muy poca azúcar. Nos gustaría endulzar con papelón granulado pero eso desapareció hace meses.

Consumimos todo lo que producimos en nuestro pequeño huerto familiar donde en menos de 20 m2 tenemos sembrado: parchita, pimentón, ají, rábano, granada, naranja, cambur, remolacha, lechosa, cebollín y cilantro en seis (6) jardincitos.

Romeroalberto74@yahoo.com