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                              RADIACIÓN CELULAR

                  

                   

VIVIANA GUERRERO
vivita_guerrero@hotmail.com

Radiación es el transporte de energía en una onda electromagnética. Esas ondas son las utilizadas por los celulares para comunicarse. Pero no únicamente las emiten los celulares, también dispositivos como el televisor, el microondas, los secadores del cabello, la estufa, la pantalla del computador, las antenas de radio, la luz eléctrica, etc. Incluso en la naturaleza. El sol es un gran emisor de radiación y la única fuente de radiación, junto al ruido extrasolar, a la que se encontraba expuesto el hombre antes del siglo XX.
Existen muchas dudas y temores entre la población, de la posible existencia de efectos nocivos para la salud, causados por la radiación celular.


Ciertos valores de energía denominados ionizantes, tienen la capacidad de alterar la estructura molecular de la materia. Dentro de estos valores se encuentran: algunas frecuencias de la luz, que pueden ocasionar cáncer (de allí la utilización de las cremas con filtros UV), los rayos X, entre otros. Los celulares, trabajan con unas emisiones a unas frecuencias menores, denominadas no ionizantes, las cuales no poseen suficiente energía para ocasionar cambios en la estructura molecular de la materia, en un corto tiempo de exposición. Aún no existen estudios concluyentes, que hayan comprobado cambios en un tiempo de exposición prolongado.
Un efecto biológico confirmado, es el aumento de temperatura corporal. Llevar un celular cerca, produce un aumento de 0,1°C. Cuando nos exponemos al sol, este produce un calentamiento local, de igual manera lo hace la radiación celular. Como respuesta a este efecto, el cuerpo posee un mecanismo para autorregular este aumento de temperatura, produciendo sudor o flujo de sangre.

El efecto visual. Así como al acercar el celular a una pantalla, este produce interferencia y distorsiona la imagen, de igual manera produce una interferencia en el cerebro, causando retrasos en el procesamiento de imágenes, lo cual disminuye la capacidad de reacción. De ahí la necesidad de tener las manos libres cuando se conduce.


Para las personas que viven debajo de torres de comunicaciones no existe tanto peligro como para quienes tienen el panel de la antena frente a sus viviendas, ya que la emisión se realiza de manera horizontal y se corre el riesgo de una sobre exposición.


Se cree que la exposición a la radiación celular produce cáncer, leucemia o malformaciones genéticas. “Ninguno de estos efectos ha sido comprobado, así que, resulta en vano alarmarse, es recomendable esperar los resultados de un referente serio”, dice el ingeniero experto en radiación Duván Mejía de Tesamérica, la empresa Colombiana dedicada a la evaluación de radiaciones electromagnéticas no ionizantes.

En el 2004 finalizó el Proyecto Reflex, financiado por la Unión Europea, que tras cuatro años de investigación, concluye que la exposición a las radiaciones de los teléfonos celulares provoca modificaciones en las células y el ADN, sin ser nocivas. Después de estos resultados, la UE dejó de financiar el proyecto ¿Qué razones tendría la UE para esto?, ¿Existía acaso, algún tipo de presión?, o ¿no querían generar una gran alarma social?


La OMS inició en 1996 el “Proyecto internacional CEM (Compatibilidad Electromagnética)”, para estudiar los efectos no térmicos, como el cáncer, la leucemia, la esterilidad, las distorsiones en las funciones del cerebro., cuyos resultados serán conocidos en el 2012. Por ahora es recomendable tomar medidas de prevención como no llevar el celular al oído hasta que se haya establecido la conexión con el interlocutor, ya que la emisión más fuerte de potencia se realiza en el momento de establecer la llamada. Las personas que utilizan marcapasos o mujeres embarazadas deben evitar su uso. En Inglaterra, como medida de prevención se prohíbe la utilización del celular a niños menores de 14 años, ya que los efectos térmicos que produce, puede afectar a las glándulas en desarrollo.