EL ASESINATO DE JORGE ELIÉCER GAITÁN:
"OPERACIÓN PANTOMIMA"
La embajada norteamericana en Bogotá participó directamente en el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán a través del agente de la CIA John Mepples Espirito, que por orden de su jefe, Thomas Elliot, se contactó con el ejecutor material del crimen Juan Roa Sierra. Este fue linchado por la multitud apenas consumado el crimen. El agente de la CIA escapó, siguió sus actividades en Cuba contra la revolución en los 60, fue capturado y cantó todo.
Niko Schvarz*
Las declaraciones del agente ante la policía cubana fueron grabadas en un documental del ICAIC de Cuba titulado “Pantomima”, nombre que le dio el Departamento de Estado a la participación de EEUU en el complot organizado para asesinar a Gaitán el 9 de abril de 1948 (véase nuestra nota de ayer). La grabación está comentada por su hija Gloria, a quien tuvimos oportunidad de conocer en Bogotá en la época de la dictadura.
El hombre de la CIA dice: “Mi nombre es John Mepples Spirito. Soy nacido en los Estados Unidos, de origen siciliano. En el año 48 sucedió lo que se llamó el bogotazo. Yo desde el Centro de Houston (donde se encontraban las oficinas centrales de la CIA, NS) fui mandado directamente a Colombia para participar dentro de un ‘team way’, o sea, dentro de un grupo de especialistas ya establecidos en el país, para trabajar junto con ellos, para llevar a cabo una operación denominada Pantomima. Esta operación tenía como parte fundamental de tratar, por todos los medios, de llegar a un abogado de tendencia izquierda, líder muy popular en aquel entonces, llamado Eliécer Gaitán, de profesión abogado, criminalista. Este individuo ya estaba en contrariedades –según los informes que me dieron en aquel entonces, como parte de mi trabajo- con la embajada de EEUU y con varios emisarios, que un jefe de grupo llamado Thomas Elliot trataba de arreglar, de hacer una especie de componenda. Al fracasar tales negociaciones, este individuo se veía un poquito difícil de poderlo trabajar dentro de lo que nosotros habíamos hablado anteriormente (…) o sea, tratar de llegar al individuo por medio del soborno y el chantaje. Había que trabajarlo entonces en otra forma”.
Declaraciones de Gloria Gaitán incluidas al fin del documental confirman punto por punto la versión del intento de soborno, tal como fue narrada en aquellos días por el propio Gaitán a su esposa en presencia de la hija. Gloria dice también que un miembro de la oligarquía colombiana tenía en su poder toda la documentación del agente de la CIA Thomas Elliot (el superior de Mepples) sobre las actividades preparatorias del asesinato frente al edificio Agustín Nieto. Elliot era su amigo y se la habría entregado antes de morir de cáncer. Esta documentación no se encontró.
Sigue diciendo Mepples: “Me presento en Colombia con un falso pasaporte, como estudiante. El nombre en aquel entonces era Giorgio Ricco. Tengo que reportar a un profesor apellidado Dávila. El objetivo era estudiar las tendencias estudiantiles, que causaban muchos alborotos. Tenía la misión de tratar de saber cómo, por qué, cuándo se recibían dentro del estudiantado las órdenes directas, quién apoyaba con dinero o con recursos a esos estudiantes para proseguir esas manifestaciones pro Gaitán. Me hice pasar por un estudiante de habla italiana. Dentro de los cuadros de estudiantes participé y entonces pude saber a ciencia cierta su fortaleza. Con esos estudios, con otros estudios ya hechos por los agentes radicados ahí, como Thomas Elliot, jefe de grupo, llegamos a un acuerdo de que Eliécer Gaitán, el líder, independentista, liberal, muy popular, era necesario llevarlo a una eliminación física”.
Más adelante declara: “Al llegar a Colombia, conocía a otras gentes que trabajaban también para el Centro (de la CIA en Houston) vinculados a la Embajada (de EEUU) en Bogotá. Me presentaron a un individuo llamado Juan Roa Sierra. Este individuo, colombiano, de tendencias fascistas, era un individuo de confianza que ya había hecho algunos programas tanto para el Centro como para la Embajada. Se le prometió protegerlo debidamente ante las autoridades colombianas en caso de que fuera arrestado al cometer el hecho y a la vez se le prometió, aparte del dinero, sacarlo lo más pronto posible fuera del país. Todo eso se arregló con él de manera bastante bien. Pero nosotros pensábamos después eliminarlo físicamente, ya que iba a ser para nosotros un estorbo y un testigo presencial del caso. Nos ahorramos ese problema ya que al ajusticiar a Gaitán también fue ajusticiado por el pueblo”.
Mepples cuenta que después participó en el complot para derrocar a Arbenz en 1954. En los 60 estuvo infiltrado en Cuba, fue capturado y pasó años en la prisión del Morro.
Una curiosidad, referida a Gaitán. Sus biógrafos le atribuyen varias frases, recordadas a justo título. Una de ellas es: “El pueblo unido, jamás será vencido”.
Publicado en La República el 10 de abril de 2008
Niko Schvarz
Analista internacional de La República
nikomar@adinet.com.uy
* Publicista uruguayo, miembro de la Comisión de Asuntos y Relaciones Internacionales del Frente Amplio.
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