BIENVENIDOS A VILLAVIVAVive
Número 14, Enero 15 de 2014
Columna del lector
La Sociedad Civil gana, balance del 2013
Conrado Osorio
La corrupción administrativa es el peor cáncer de este país. La gente del común, antes tan asustadiza, empieza a pedirle cuentas a los funcionarios públicos, toma conciencia de su deber de vigilar, expresar su conformidad y exigir corrección de rumbo.
Villa de Leyva, patrimonio cultural de interés nacional, despierta la codicia del capital que todo quiere convertirlo en mercancía, sólo con el objetivo de incrementar el lucro. La participación de la ciudadanía han ido fortaleciendo la capacidad de la comunidad para organizarse, luchar y ganar. Primero fue la defensa del Santuario de Fauna y Flora de Iguaque. Después, la victoria sobre Ecopetrol. También se hizo quitar la antena de telefonía que instalaron en la plaza. Ahora, el caso de Almacenes Éxito.
Organizaciones de la sociedad civil, como Pueblos en transición, Colectivo Alto Ricaurte Iguaque, Vigías del Patrimonio y Ciudadanos Defensores de nuestro Patrimonio, entre otros, han juntado voluntades y han demostrado su poder.
Que los tres principales medios de la prensa nacional (El Espectador con un editorial y dos artículos, El Tiempo con dos columnas, Revista Semana y Boyacá Siete Días) hayan puesto la mira en Villa de Leyva, demuestra que su problemática trasciende los límites parroquiales: es patrimonio de todos los colombianos y a todos nos compete el deber de defenderla.
Del caso afortunadamente cerrado de los Almacenes Éxito, se concluye:
1. Que la concesión de la licencia correspondiente por parte de la administración municipal ignora o menosprecia el valor patrimonial del centro histórico.
2. Que al permitir la colocación de avisos públicos por parte de los promotores del proyecto, la administración viola la normatividad establecida en el Plan Básico de Ordenamiento Territorial: Artículo 342, Parágrafo 1. “No se podrán ubicar avisos en áreas que constituyen espacio público y menos en los bienes declarados como Monumento Nacional”. Una de esas pancartas difamaba a la gente de Villa de Leyva y otras dicen mentiras.
3. Que el proceder del gobierno municipal va en contra de su propio plan de desarrollo.
A propósito, la alcaldía convocó a rendición de cuentas. Fue tan insustancial, que el público fue desfilando y el burgomaestre terminó rindiéndole cuentas a su gabinete solamente. A falta de logros qué mostrar, optó por ganar indulgencias con avemarías ajenas: que gracias a las gestiones realizadas por él y algunos parlamentarios, se está arreglando la carretera Tunja Chiquinquirá.
¿Qué hace nuestro alcalde arreglándole las carreteras al gobernador? Todo el 2013 no ha sido suficiente para pavimentar la circunvalar. Pasan los meses, unos de polvo, otros de barro, y ni siquiera se ven obreros o máquinas.
En vano hemos esperado veinte meses la aprobación del Plan Especial de Manejo y Protección del Centro Histórico. Es obvio: su aprobación les ataría las manos a quienes les interesa seguir con el deterioro del patrimonio. Integrantes del Gabinete del actual alcalde han hecho intervenciones en fachadas de construcciones (la última en plena plaza principal).
¡Ojo vigilante respecto de proyectos urbanísticos que quieren llenar todo el valle de cemento y ladrillo! Viene la revisión del PBOT. El periodista Enrique Santos Molano nos alerta: la Procuraduría debería investigar “hasta dónde les alcanza a la Alcaldía de Villa y a Patrimonio Nacional la facultad de autorizar la destrucción del patrimonio nacional”.
Estamos en mora de erigir una Veeduría a la Junta Municipal de Planeación, con delegados de los diversos colectivos que ya existen. Los funcionarios investidos de poder por voluntad popular, son servidores públicos. Y son los más obligados a cumplir y hacer cumplir la ley. El interés colectivo debe prevalecer sobre los intereses particulares.
¡Prosigamos hacia la declaratoria de todo el valle de Saquencipá como patrimonio cultural por parte de la UNESCO!
ADENDA: que el proyecto de Almacenes Éxito no haya pasado, no exime a comerciantes de mejorar sustancialmente la atención debida al público, garantizar limpieza, calidad y precios justos. Hay una lamentable deficiencia en todo esto.
NOTA: Esta es una columna de opinión de los lectores y sus puntos de vista no corresponden necesariamente a los de VVV. Cualquier persona puede responder u opinar en esta misma columna.