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Número 3, Junio 1 de 2013

 

 

La fundación de la Villa

 

 

Ilona Murcia

 

En cercanías del pueblo indígena de Zaquencipá se fundó la Villa de Nuestra Señora  Santa María de Leiva, por orden del Primer Presidente del  Nuevo Reino de Granada don Andrés Díaz Venero de Leyva con el fin de resolver un problema social.

 

Cuando Venero de Leyva visitó Tunja, le advirtieron  de la presencia de un grupo de soldados españoles que intranquilizaban la ciudad.

 

 

Así fue como el 25 de abril de 1572 Venero de Leyva encomendó la fundación de una o dos villas cercanas a Tunja al capitán don Hernán Suarez de Villa lobos, justicia  mayor de Tunja.

 

La fundación se realizó el jueves 12 de junio de 1572 en el caserío de Zaquencipá. La ceremonia fundacional tuvo lugar en lo que sería la plaza. Participaron en el acto, además del corregidor Suarez, regidores, corregidores y alcalde de Tunja, el escribano Juan Ruiz Cabezas de Vaca que levantó el acta y el guardián del convento de San Francisco de Tunja Fray Sebastián de Ocando, quien impuso  a San Antonio de Padua como Patrono, cuya fiesta se celebraba por entonces.

 

Y los primeros pobladores fueron 13 agricultores casados y 13 solteros, más 7 de Tunja y 3 de Vélez que tenían sus indios en la región, a quienes se les repartieron 40 solares y huertas.

 

Pero la Real Audiencia, no considerando del todo afortunada la actuación del capitán Suarez, el  12 del siguiente mes de agosto de 1572 encomendó al Contador Real don Juan de Otálora revisar lo hecho y determinar lo más conveniente. El Contador anuló la repartición de solares, huertas y tierras, elaboró una nueva lista de vecinos que sumaban 27 cabezas de familia, más unos pocos encomenderos.

 

Ante las protestas de los indígenas que se veían perjudicados en sus propiedades colectivas por los atropellos y robos de los españoles, se presentó un reclamo el 8 de enero de 1573 ante las autoridades civiles. Por tal motivo hubo que trasladar la Villa en 1575 al sitio llamado “El infierno”.

 

A propósito el padre Ariza dice: A quince de diciembre (de 1572) el nuevo Corregidor de Tunja don Juan de Otálora, de orden del Presidente reafirma la fundación. A tres de Diciembre de 1574, el Rey Felipe II, atento a las quejas  de los caciques de Saquencipá y Sáchica, ordena investigar los quebrantos causados a los indígenas, por el emplazamiento de la Villa, y el Oidor don Francisco de Auncibay, acompañado de varios funcionarios y de Fray Bartolomé de Talavera, Prior de Tunja, y de Fray Andrés Cortés, misionero en el Valle de Saquencipá, dominicos abogados de los indígenas, trasladó la Villa a un poco al oriente, más lejos de Saquencipá, situada en el hoy llamado “El infiernito”.

 

Por todo esto el emplazamiento actual de Villa de Leyva se realizó en 1582, cuando se presentó un reclamo del procurador General de la población don Diego Gómez Caballero. La Real Audiencia mandó entonces realizar una nueva visita al Corregidor y Justicia Mayor de Tunja el capitán Antonio Jove examinar de nuevo la región, verificar declaraciones y aceptar la propuesta de trasladar el pueblo. Jove ordenó el traslado el 6 de mayo de 1582 y elaborar un nuevo plano con los nombres de los nuevos 120 adjudicatarios, más las casas del cabildo, la carnicería y los conventos de San Agustín y San Francisco.