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 Foto a la izquierda: Niños judíos firmando con una sonrisa misiles con los que serán  

 asesinados niños libaneses.


                ISRAEL, LOS NUEVOS NAZIS

  

Mario Lamo Jiménez

    

De víctimas del holocausto nazi, los judíos han pasado a convertirse en victimarios. Al igual que los nazis, violan fronteras, invaden y bombardean indiscriminadamente a la población civil, como lo están ahora haciendo en el Líbano. Han masacrado a más de 900 civiles inocentes, desplazado a casi un millón de personas (más o menos una cuarta parte de la población del Líbano) y causado más de dos mil millones de dólares en daños materiales. Su propósito es volver a ocupar el sur del Líbano, apoderarse de su territorio y asegurar para el estado judío las reservas de agua del río Litani. Para ello han destruido todos los puentes que atraviesan el río Litani para dejar este territorio aislado del resto del país. Su excusa esta vez es eliminar a Hizbolá, con el pretexto de que representa una amenaza para el estado judío. Sin embargo, Hizbolá no los atacó a ellos: los soldados judíos capturados por Hizbolá atravesaron la frontera y fueron capturados en territorio libanés. Los israelitas usaron esto como excusa para empezar a cometer crímenes de guerra al destruir la infraestructura civil tal como puentes, carreteras, edificaciones, hospitales, reservas de petróleo, etc. y asesinar a la población civil. Además de la matanza de civiles, hombres, mujeres y niños, están causando un desastre ecológico ya que los depósitos de petróleo que bombardearon están contaminando el Mediterráneo y matando además miles de aves y de peces.

Los judíos, además de genocidas, ecoterroristas

La mancha de petróleo avanza ahora en dirección a Chipre y a Grecia y no puede ser eliminada a menos que haya una tregua. Sin embargo, ni la ecología ni la vida humana parecen importarles a estos nuevos nazis, cuyas ambiciones expansionistas siguen aumentando desde 1948, cuando fue establecido el estado de Israel, arrebatándoles sus tierras a los palestinos.

Judíos ortodoxos "bendicen" las armas con las cuales su ejército cometerá

incontables masacres.

La teoría de los judíos es que Hizbolá debe ser desarmada para que ellos puedan cometer impunemente sus crímenes y apoderarse de más territorio árabe según su conveniencia. Sin embargo, nadie se cuestiona el derecho de los israelitas a armarse hasta los dientes con armas provenientes de los EE. UU., los cuales no sólo financian al fallido estado de Israel para que subsista con más de tres mil millones de dólares al año, sino que les han proporcionado armamento por más de diez mil millones de dólares. Todas las armas letales y criminales del arsenal yanqui han ido a parar a Israel, tales como las bombas racimo y armas químicas que producen horribles quemaduras y una muerte espantosa y que han ya usado contra la población civil libanesa. La teoría de los gringos y de los israelitas es muy cínica: “Nosotros tenemos el derecho de armarnos con cuanta arma nos plazca, así esté prohibida por las leyes internacionales y ustedes no tienen el derecho de resistir ni de tener armas para enfrentarnos”. Es así que Israel y los EE. UU. poseen ambos armas de destrucción masiva y amenazan con su empleo, si sus víctimas no se someten con mansedumbre ante sus armas convencionales.

Sin embargo, Hizbolá, “el partido de Dios” les ha resultado a los israelitas un hueso duro de roer. Hace 24 años, cuando los israelitas invadieron al Líbano, en 48 horas ya habían ocupado por completo el sur de ese país. Hoy, casi un mes después de haber iniciado su guerra de agresión, no solamente no han podido acabar con la resistencia de Hizbolá, sino que están sufriendo serias bajas y por eso se dedican a castigar con sus bombardeos a la población civil, lo cual bajo las convenciones de Ginebra, constituye un crimen de guerra. Después de casi dos décadas de ocupación del Líbano, el mismo Hizbolá los hizo salir con el rabo de su estrella de David entre las piernas y los israelitas sólo esperaban el momento preciso para iniciar de nuevo su guerra de aniquilación, destrucción y perversión. Su mentalidad es netamente nazi: castigos colectivos a la población civil, bombardeos indiscriminados en los que matan cientos de civiles, destrucción total de un país para someterlo a sus mezquinos intereses, ocupación y robo de tierras, guerra psicológica y manipulación de la prensa mundial para tratar de aparecer ellos como las víctimas. Sin embargo, después de la masacre que cometieron en la bíblica ciudad de Qana, donde tuvieron lugar las bodas de Canaán, donde Jesucristo convirtiera el agua en vino, la misma demostró que estos judío-nazis no respetan ni lo divino ni lo humano y que al igual que los nazis, a través de su ministerio de propaganda, la prensa mundial, pretenden ocultar sus crímenes de guerra bajo el pretexto de que se están defendiendo, cuando nadie los estaba atacando.

Gracias al armamento yanqui, los israelitas han prevalecido en su guerra contra los árabes y han derrotado en cuestión de días a sus ejércitos convencionales. Sin embargo Hizbolá no es un ejército convencional, sino una mezcla de guerrilla, milicia y ejército que ha venido preparándose por años para esta confrontación. Al igual que el Vietcong, han excavado túneles para esconderse y atacar desde allí al enemigo. No son un ejército centralizado y están divididos en pequeñas células. Golpean al enemigo y desaparecen sin dar batallas frontales donde pueden ser eliminados con armas convencionales. Sin embargo poseen un armamento moderno, han destruido tanques de guerra y barcos con los últimos adelantos defensivos y ofensivos gringos y siguen golpeando con sus cohetes ciudades israelitas, sin que el superejército israelita los haya podido detener.

En todas éstas, la ONU, que debería estar poniendo el grito en el cielo y sacando una resolución inmediata ordenando el alto al fuego y condenando al estado de Israel, hasta el momento permanece callada, embozalada por los gringos, quienes son su amo y señor y quienes califican de terrorista a quien se oponga a sus designios imperialistas y hegemonistas de sometimiento de los pueblos del Tercer Mundo. La misma Condolezza Rice ha tenido la osadía de decir que esto es como un parto de un nuevo Medio Oriente, cuando lo que estamos presenciando no es un nacimiento sino una entierro, el entierro y la masacre de todo un pueblo con armas “Made in USA” y disparadas por sus sicarios, los nuevos nazis del siglo XXI.

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Ver en nuestro blog cómo el ejército israelita ha estudiado y aplicado las tácticas nazis de ejecuciones masivas, destrucción de ciudades y castigos colectivos, usadas contra los judíos mismos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial:

http://escritoresyperiodistas.com/blog/