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              SU MAJESTAD LA PALABRA

  

Luis Fernando Martínez Vargas

     

Cada año se celebran encuentros, festivales y coloquios, como el Festival Iberoamericano de Cuenteros Abrapalabra en Bucaramanga, Colombia; el Festival Iberoamericano de Narración Oral Escénica en Monterrey, México, que acaba recientemente de realizarse  y la Muestra Anual de Narración Oral Escénica de Agüimes, en Gran Canaria, España.
La narración oral está, pues, en pleno auge en Latinoamérica, desde hace quince años.

Sin embargo, no se trata de un renacimiento de los cuentos de la tradición oral latinoamericana, sino más bien de una moda de lo oral. Esto sostiene el antropólogo argentino Adolfo Colombres. En los países con bajos niveles de lectura, explica, “lo oral se utiliza paradójicamente para estimular lo escrito”.

Ya sea con cuentos ancestrales o postmodernos, los narradores orales están devolviendo a los latinoamericanos el rito de escuchar historias, esos imborrables momentos de comunión iniciados por padres y abuelos a través de los primeros cuentos. Un espectáculo que suele provocar una emoción inédita en un mundo regido por la omnipresente pantalla: la comunicación directa, de tú a tú, entre un público y un ser humano de carne y hueso que lo mira a los ojos y le exige aguzar la imaginación para no pasar al lado del único cuento sobre la tierra que, quizás, podrá redimirlo.

En esta oportunidad seis cuenteros extranjeros y seis nacionales tendrán bajo su responsabilidad llenar las expectativas de los miles de seguidores de este evento que durante 12 años han mantenido en alto el nombre del más acreditado Festival de Cuentería en Latinoamérica.

Echando mano a los recuerdos me pregunto: ¿quién no se ha sentado cerca del abuelo o del papá a escuchar sus historias? Quién no ha invitado a sus amigos a la terraza de la casa o al bordillo de la esquina a hablar y echar cuentos? Desde el 8 hasta el 12 de agosto el cuento estará en escena en el auditorio Luis A. Calvo de la UIS, en colegios y en las plazas de los más destacados municipios del departamento de Santander.

Lo que propone Abrapalabra en su versión número 12 es precisamente dialogar, humanizar, compartir e invitar a los amantes de la cuentería a escuchar y a abrir el alma a la imaginación y de paso propiciar un encuentro mágico con las palabras, que nos permitirá reconocer quiénes somos, cuál es la historia común que nos define, hacia dónde se proyecta nuestra cultura.

Entre los invitados en esta oportunidad figuran excelentes narradores internacionales  como la brasilera Benita Prieto, quien nos trae “cuentos de boca y corazón”, Cándido Pazó de España, viene con sus “historias e histerias”, José Campanari de Argentina presentará “Caleidoscopio” Raymundo Zambrano de la hermana República del Ecuador nos encantará con “los cuentos de mi tío abuelo”, Pedro Mario López, de Cuba debutará con “historias del último milenio” y Jermán Argueta de México contará “eñ conjuro del Tacón dorado y la profecía de los zapatos de charol”.

 
Por Colombia participarán Amalia Lu Posso, Reinaldo Ruíz, Nicolás Lubo, Manuel Sánchez, Alberto Borja, Mauricio Linares, todos ellos provenientes de las Costas Colombianas del Pacífico y el Caribe, es la forma e que Abrapalabra rinde un homenaje a los cuenteros costeros quienes traen sus mochilas cargadas de cuentos, máximas, leyendas y retaílas.

Es la fiesta de la lengua, en la que los narradores orales escénicos, los que viven verdaderamente del cuento, rescatan joyas de la literatura mundial y de la historia contemporánea utilizando sólo como herramienta única la palabra y sus gestos en una comunicación viva y directa con el público que sigue año tras año la fiesta de la palabra en el templo de la cuentería: el auditorio Luis A Calvo de la UIS, Colegios Universidades y los principales municipios de Santander.

Cándido Pazó, nos cuenta que para él estar en el Festival Iberoamericano de Cuenteros Abrapalabra significa “marcarse una muesca importantísima en la cacha de nuestro revólver de cuenteros, una que no puede faltar. Es innegable que en el mundo hispanohablante Abrapalabra es hoy, por hoy, uno de los festivales de referencia, como para un tenor la Scala de Milán o para un torero la Maestranza de Sevilla”.

Nicolás Lubo dice al respecto que significa “asistir al máximo evento de la narración oral en Colombia e Iberoamérica. Es como compararlo con el más grande evento de teatro, el iberoamericano de teatro de Bogotá pero con cuenteros”.

Y Pedro Mario López, concluye diciendo que “Abrapalabra se ha ganado un sitial de prestigio entre los Festivales más importantes del mundo, su labor de más de una década movilizando la energía positiva de una ciudad como Bucaramanga y cautivando al público con una propuesta artística de extraordinaria variedad y calidad es el resultado de un esfuerzo encomiable, de una pasión y un compromiso a toda prueba que hace de este festival, una fiesta internacional de la palabra. Tener el privilegio de formar parte de este grupo de narradores que asisten, es sentir que nuestro trabajo adquiere un reconocimiento importante, pues el público exigente y generoso de Bucaramanga está entre los más cultos y conocedores del mundo, en lo que a narración escénica se refiere”.

El festival promete ser una bonita fiesta como todos los años y la refundación del propósito de hacer de la cultura un acontecimiento en la ciudad. Que no se lo cuenten.