J. Mario Murillo
Algunos meses después de haber triunfado Castro se comenzaron las bases para una verdadera Revolución socialista en Cuba. Al principio los Estados Unidos miraron con benevolencia socarrona los movimientos de cambio social, pero cuando Fidel se declaró abiertamente marxista, el imperio se sintió amenazado por vecino tan cercano y comenzó la oposición furiosa.
Los primeros en presionar al gobierno norteamericano fueron los exilados cubanos residentes en Miami. Ellos se constituyeron en los enemigos jurados de Castro y su revolución; energúmenos porque él los despojó de sus mansiones y otras posesiones en la Habana y otras ciudades y se las cedió a los pobres.
Los exilados han contado con el apoyo incondicional de casi todos los presidentes desde Kennedy, Johnson, Regan, Clinton hasta W. Bush. Recordemos el intento frustrado de entrar por la Bahía Cochinos contando con el apoyo de Kennedy, el que a últimas no se dio por cierta consideración a las consecuencia internacionales. El embargo comercial intentó debilitar a Cuba y crear en la población un ambiente adverso a Fidel. Estados Unidos rompió todo lazo comercial y por eso Cuba se vio obligada a venderle azúcar a la Unión Soviética y a comprarle petroleo y otros productos.
Cuando cayó la Unión Soviética con Gorbachev, el impacto de la debacle del llamado socialismo real – entre 1990 y 1993- provocó la crisis económica más nociva y repentina de toda la historia de Cuba.
“Los Estados Unidos de América creyeron", dice Germán Sánchez, embajador de Cuba en Venezuela, "que había llegado el momento crucial para derrotar a la Revolución cubana y revertir el socialismo……El bloqueo económico fue recrudecido, primero con la ley Torricelli (1992), que prohibió a las filiales de los Estados Unidos de América en terceros países comerciar con Cuba, e impuso sanciones a los barcos que tocasen puertos de la Isla; después vino la ley Helms-Burton (1996), la cual llevó hasta sus últimas consecuencias el cerco económico, al sancionar, incluso, a cualquier empresa extranjera que hiciera negocios con Cuba y amenazar con aplicar un artículo que permitiría a todos los cubanos norte-americanos hacer demandas en reclamo de sus propiedades, además de formular un programa para restablecer el capitalismo neocolonial en nuestra tierra” .
Creó una televisora subversiva y una emisora, “Radio Martí” que cubría el territorio cubano estimulando y respaldando grupos terroristas dentro y fuera del país. Usó el tema migratorio (los balseros) con fines desestabilizadores y las acciones de guerra biológica.
El presidente Bush ha apretado más la situación prohibiendo los vuelos de aerolíneas norteamericanas a su territorio, impidiendo que los cubanos y los ciudadanos norteamericanos visiten la Isla, imponiendo multas y sanciones para los que lo hagan. Limitando el envío de dinero a los familiares que viven en Cuba.
La ceguera del gobierno norteamericano no les ha permitido ver que la persecución a Fidel Castro a nivel internacional, no ha hecho mas que fortalecerlo y hacerlo más popular en Cuba y en el resto del mundo. La industria más lucrativa del país es el turismo que viene por millones de Europa, Suramérica, Asia y “clandestino” de los Estados Unidos.
A pesar de todo, después de más de 40 años de hostigar al pueblo cubano y a Fidel, incluso después de haber atentado varias veces contra su vida, la Revolución cubana sigue en pie a pesar de la enfermedad de su comandante. |